Se acaba una relación. Se acaba una relación y te mueres de adiós. Se acaba una relación, te mueres de adiós, y entre tanto descalabro, acabas olvidando tu remolque de promesas rotas. Ese remolque que, impulsado por la pasión inicial y el romanticismo más optimista, jamás perdió la velocidad. Tú te paras, provocas baja emocional, pero tarde o temprano ese remolque vendrá a por ti, atropellándote con toda su inercia y mala hostia. Y si en algún momento te falla la memoria, no te preocupes. Padres, amigos y familiares varios están ahí para darle un último impulso al remolque justo en el instante del impacto, y recordarte los planes que teníais, lo mucho que le querías, lo mucho que le quisiste, lo mucho que aún deberías estar queriéndolo si de verdad fueses cumplidora. Las promesas. Las promesas duelen siempre a destiempo. Sabes que al principio es monísimo, tierno, encantador, pero que algún día, sí o sí te arrancará un brazo, una pierna, o cualquier otra extremidad. Y así andamos, cada vez más cojos, más mancos o lo que es peor, con menos extremos que arrancar. Llega un momento en el que ya no te crees nada de lo que te dices.
Prometer es mentirle al destino. Prometer es perder por adelantado. Aunque claro, parece que prometerse cosas acaba siendo necesario para avanzar. Con uno mismo y con los demás. Porque actúa como timón de las relaciones sentimentales: marca el rumbo a seguir, pero ni de coña te esperes que sople viento sobre las velas. Pero es que si no prometes nada, tarde o temprano te enfrentarás a la pregunta a la que se enfrentan los que cometen la desfachatez de vivir al día, de disfrutar el momento, de habitar sola y únicamente en el presente. Cariño, hacia dónde va lo nuestro. Yo cada día me siento más orgullosa de mis dudas. Las únicas que, con el tiempo, acaban siempre confirmándose. Las únicas que, con los años, jamás me van a traicionar.
Hoy, mientras la palabra nosotros se me escurre líquida entre los dedos, me voy dando de bruces con todas y cada una de mis incompetencias emocionales. No he sido capaz de hacerte feliz. No he sido capaz de estrecharte entre mis lazos. No he cumplido casi ninguna de mis promesas. No he respondido casi ninguno de tus porqués. Y aun así, hay algo que quiero y puedo decirte. Que pase lo que pase a partir de ahora, voy a quererte toda la vida. Te lo prometo.
Y de regalo:
Deluxe ;)
http://www.youtube.com/watch?v=O2Vv-mRnFpM
No hay comentarios:
Publicar un comentario