En ese momento las miradas se cruzan. Sigue un silencio demasiado largo. Después ambos desvían la vista hacia otro lado y la bajan. Es como habia imaginado. Se sorprende. Es uno de esos momenntos que lo harías todo por amor, incluso más, en los que uno se arrastraría por el suelo, unos momentos que nunca se olvidan cuando los has vivido, y cuando al cabo de un tiempo te vienen a la mente te hacen avergonzarte de haberte humillado hasta ese punto. Esos momentos no se confiesan a nadie. Te pertenecen en exclusiva, y al recordarlos te das cuenta de hasta qué punto has llegado a amar. Y hablo en pasado.